"Exactamente, ¿Qué es un APOSTOL?"
Capítulo 1
Un Apóstol es Uno Enviado
La palabra apóstol es una palabra Griega que significa "uno que es enviado". El primer uso de la palabra bien puede haber sido dentro del Templo, en donde "apostoli" era enviado por el Sumo Sacerdote, extendiendo las manos para recoger el impuesto del Templo que era pagado anualmente (www.jewishencyclopedia.com “apostoli”). Es interesante que uno de los versículos donde encontramos a Cristo, referido como "al Apóstol", también El es llamado nuestro Sumo Sacerdote: "Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, considerad al apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús" (Hebreos 3:1).
Enviado A Hacer Algo
El significado de la palabra: "Uno que es enviado", nos da realmente muchas pistas acerca del tema del apostolado. Si uno es enviado, éste, claramente debe ser enviado por alguien, que envía a alguien a hacer algo. Por tanto, obedezcamos lo que Hebreos 3 nos dice, y consideremos "Al Apóstol" Jesucristo, usándolo a El como ejemplo para encontrar respuestas a cada uno de estos interrogantes.
- El fue enviado por Dios el Padre (Juan 17:18).
- El fue enviado al mundo (Juan 17:18) y específicamente a Israel (Mateo 15:24)
- Pero ¿A hacer qué, fue El enviado? La respuesta es dada en Lucas, donde Cristo lee en la sinagoga del profeta Isaías acerca de su misión: "…Me ha enviado [del Griego: apostello] a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor." (Lucas 4:18-19)
Juan recuerda lo que Cristo dijo: "Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió [Griego: apostello] no le trajere" (Juan 6:44). Así que, Dios el Padre está también involucrado dentro de este proceso, arriba citado. Después de habernos abierto las mentes por el Padre, recibimos iluminación a través de Jesucristo (la Palabra viviente de Dios), como está descrito en Lucas 4. De ser espiritualmente ciegos, comenzamos a ver; de ser quebrantados de corazón, hemos recibido un nuevo corazón (Ezequiel 36: 26-27); de cautividad espiritual, somos liberados (Juan 8:34-36). Pero, hasta aquel tiempo de iluminación inicial, permanecemos ciegos y esclavos espiritualmente. De manera que, vemos que una de las razones por las que Cristo fue enviado (o hecho El Apóstol) incluía la revelación de la Verdad a aquellos cuyas mentes acababa de abrir.
Enviado por Cristo y el Padre
La razón por la que esto es importante es que Cristo dijo a los doce apóstoles: "…como me envió [Griego: apostello] [mi] Padre, así también yo os envío. Y habiendo dicho esto, sopló [sobre ellos], y les dijo: Recibid el Espíritu Santo" (Juan 20:21-22). Los apóstoles a quienes El dijo esto, estaban siendo enviados por Cristo para continuar la misma Obra que El hizo y por las mismas razones. Simbólicamente, también El les dio el mismo poder que vino del Padre por medio de soplar sobre ellos, y diciendo: "Recibid el Espíritu Santo". Fue solamente este poder el que les dio la habilidad de revelar la Verdad a aquellos que con ellos se relacionaron. Esta es la razón por la qué Cristo enfatiza la importancia de esta cadena de autoridad, que fluye hacia abajo, desde Dios a Su pueblo, a través de aquellos que El envía como apóstoles, diciéndoles: "El que a vosotros recibe, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió [Griego: apostello]" (Mateo 10:40).
Apóstoles de Dios - No del Hombre
Pablo dice, al comienzo de Gálatas: "Pablo, apóstol (no de hombres ni por hombre, sino por Jesucristo y por Dios el Padre que lo resucitó de los muertos" (Gálatas 1:1). Aunque los rangos ministeriales ciertamente son impartidos por la imposición de manos (II Timoteo 1:6), la escritura arriba citada claramente demuestra que el rango de apóstol es algo que Dios mismo debe impartir. Esto es cierto también aún en el caso de que una ceremonia humana tuviera lugar. Es Dios quien envía un apóstol, no un hombre. Continuamente Pablo se refirió a sí mismo como "apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios" (I Corintios 1:1; II Corintios 1:1; Efesios 1:1; Colosenses 1:1) y mencionó cómo él recibió su apostolado individual de Dios, para un propósito específico dentro del mundo gentil: "…Para la obediencia a la fe en todas las naciones por amor de su nombre" (Romanos 1:5).
De manera que, ¿Por qué es Pablo mencionado como siendo enviado por ciertos profetas y maestros en [el libro de] Hechos? En Hechos 13 leemos de profetas y maestros singulares en Antioquía, a quienes Dios específicamente reveló la misión dada a Pablo. Sin esta específica revelación, indudablemente ellos no habrían efectuado la ceremonia de imposición de manos. Claramente, fue Dios realmente quien hizo el envío, aunque los profetas y maestros fueron usados para reconocer formalmente lo que Dios había ya decidido: "Ellos, entonces, enviados por el Espíritu Santo, descendieron a Seleucia…" (Hechos 13:4).
Cristo dijo: "De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado [del Griego: apostello] es mayor que el que le envió" (Juan 13:16). Un simple hombre no puede enviar un apóstol, pues este es el más alto rango dentro de la Iglesia (I Corintios 12:28). Uno tendría que ser más grande que un apóstol a fin de hacer eso.
Es Dios quien debe indicar, por lo tanto, que una ordenación al rango de apóstol es algo que ya ha tenido lugar: Que una ordenación al rango de apóstol debería ser llevada a cabo. Esto es algo diferente de la ordenación normal a los rangos del ministerio; pues, aunque los ancianos [ministros de la Iglesia] son, de hecho, los siervos de Dios, son hombres los que los ordenan: "…y establecieseis ["ordenaseis," según la Biblia King James] ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé " (Tito 1:5).
En Resumen:
La palabra "apóstol", en su significado, da a conocer mucho: "Uno que es enviado". Un apóstol es un hombre expresamente escogido y enviado, no por los hombres, sino por Jesucristo y Dios el Padre. Tal apóstol es enviado al interior del mundo para iluminar con la Verdad a aquellos atraídos por el Padre. Esta Verdad sólo puede venir de Dios Mismo - y tal Verdad está disponible solamente por revelación, específicamente dada a tal apóstol, a través del poder del Espíritu Santo de Dios.